Cambia todo cambia
Nos vamos a poner un poco bohemios y melodramáticos hoy.
Estamos a días del paro nacional así que póngase su mejor pinta para salir a marchar.
Bueno no, pero si recuerde el siguiente verso: “cambia lo superficial, cambia
también lo profundo, cambia el modo de pensar, cambia todo en este mundo”. Más
allá de la voz ronca de Mercedes Sosa cantando una de mis canciones favoritas (Todo
cambia por sino sabía) estamos en una etapa de cambio. Así como cambian las
normas APA para adaptarse a los nuevos formatos como Twitter, la clase de
Información y Documentación cambió. O bueno, cambió la opción de formato para
la bitácora. Perdone usted que debe continuar leyendo mis palabras, pero espere
grandes cosas para la siguiente relatoría.
Volvamos a la canción de Mercedes Sosa. Somos seres humanos
y constantemente debemos estar cambiando para adaptarnos. Y no hablo de los
cambios que ocurren según la evolución darwiniana para adaptarnos al frío, o lograr
sobrevivir de un depredador. Mírelo en el día a día y se dará cuenta que constantemente
cambiamos nuestra forma de pensamiento para conseguir trabajo, o bien nos
adaptamos a otras dinámicas para convivir con una persona. El cambio es
necesario en nuestro día a día. La pandemia nos ha desnaturalizado todo el
comportamiento y más ahora que llegaron los cierres por el tema del tercer
pico, etc.
De una u otra manera pensamos que la virtualidad ha
desnaturalizado el carácter social de nosotros, pero bueno, dejémonos de ridiculeces:
hemos llegado a donde la tecnología hace rato nos había llevado. Tristemente
hemos tenido que dejar a un lado actividades tan naturales como el contacto
físico a lo que llamamos “desnaturalizar”. Perdone usted, pero de eso no tiene
nada, y es a donde la naturaleza evolutiva humana nos ha llevado. Cambiamos constantemente,
así como todo a nuestro alrededor.
Le confesaré que estoy en el punto del semestre donde no
entran ganas de levantarse temprano, ni ponerse a hablar con los grupos de
trabajo de las clases, y mucho menos hacer trabajos. Tal vez por ello el
retraso de esta bitácora en la entrega. En fin, somos humanos y debemos
adaptarnos a los desafíos que la realidad nos ponga en frente. Desafío 1:
presentar ante la clase el capítulo de ortotipografía de normas APA.
No fueron unos días sencillos la semana pasada si le soy
sincero. Estuve por fuera de mi casa por circunstancias de la vida y bueno con
los recursos que tenía a la mano logré junto a mi grupo realizar la exposición
de una presentación del tema más literal del mundo. Vea usted, es tan literal
que nadie sabe que normas seguir para escribir bien ciertos elementos. Antes de
entrar en lo particular, nuestro grupo hizo una presentación de 60
diapositivas. Está leyendo bien; jamás en lo que llevo de la universidad había
realizado una exposición tan larga (duró 3 clases), además que tocó dividirla
sencillamente por la cantidad de información que le presentamos a la clase.
Lo primero que presentó mi amigo Juan Felipe fue el uso de
la ortotipografía, que es el uso adecuado de los recursos tipográficos dentro
de un texto. Es decir, los estilos de letra y las normas de uso. Usted me dirá
que sabe usar la negrilla, cursiva, y escribir “normal”. Pues ponga cuidado:
hay 5 tipos diferentes de comillas para usar, por ejemplo. De igual manera hay
un tipo de letra denominada versalita que se utiliza en siglas o números romanos,
por ejemplo. Lo que usted escoja van a determinar la manera en que el lector
visualice lo que está leyendo y por ende genera un significado particular. Sea
cuidadoso y sepa como le está llegando al lector. Aquí usted pasa a tomar una
función de corrector de estilo, si así se le quiere decir.
Pasamos a cuestiones aún más literales y básicas como el uso
de las mayúsculas y minúsculas, que corresponde al capítulo 6 del texto que
debimos leer. Sepa usted que en los títulos solo la primera letra de la primera
palabra lleva mayúscula, a excepción que se esté hablando de una entidad u
organización, o persona con nombre propio. Y bueno, me extendería un montón
hablando solamente de este apartado que mi compañera Sara explico tan detalladamente,
que mínimo uso 30 diapositivas para exponer algo que supuestamente todos en la
universidad tenemos claros. Casi 2 clases se fueron presentando la mitad del
Power Point. Ya por fin me tocó a mí, me decía. Fue un poco raro presentar a
través de Teams sin saber a quien le estoy hablando o sí alguien está pegado
tomando apuntes, desayunando, o viendo la liga de campeones. No sé porque le
estoy diciendo esto hoy: ya después de 3 semestres de pandemia se piensa que ya
se normaliza el uso de la virtualidad. Tal vez soy la excepción al “cambia todo
cambia” de Sosa. Me cuesta aún adaptarme a la nueva realidad y los denominados “nuevos
desafíos” que trae consigo.
Mi parte constó de exponer como se escriben correctamente
las divisiones político-administrativas, las fechas y periodos, y el lenguaje y
estilo usados en los ámbitos comerciales, médicos, sociales, religiosos, o
académicos. Se lo voy a resumir de la siguiente forma para no extenderme: las
mayúsculas se utilizan cuando se está refiriendo a un evento particular, nombre
propio, etc. Perdón sino estoy extendiéndome en los detalles explicativos de
nuestra presentación que no es por nada, pero quedó muy bien hecha.
Sé que el profe Cobos hace especial énfasis (en especial a
los estudiantes de semestres altos) en considerar todos estos detalles, para no
quedar mal parados al momento de escribir la tesis y saber la forma correcta de
utilizar el manual APA. Pero le vuelvo a confesar, no quisiera que pasara el
tiempo ya. Mis relatorías han sido un constante monologo en saber adaptarse a
lo nuevo. Pero fíjese usted; estoy en un punto tan antihumano que quisiera que
ya las cosas no pasaran más. Miro hacia atrás y añoro estar otra vez en primer semestre
con mi grupo de horario, y conocer la universidad de ceros. En un parpadeo ya
van 4 años volados. ¿Buenos o malos? Creo que es lo de menos. La realidad es
una construcción social y cada uno ve como pasar el tiempo.
Le tengo un poco de miedo al futuro y lo que llaman la vida
de grande. En fin, por ahora creo que debo disfrutar de la poca universidad que
queda. Citaré a una compañera que también habló de lo importante del espacio de
la bitácora. Creo que más que el registro de clase es el “hueco” para poder
contar su vida, al menos en 1000 palabras.
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