Bitácora #8
La bitácora pasada me fui un poco espiritual y reflexivo con usted señor lector. ¿Lo hice reflexionar o le toqué las fibras más inmersas en su alma y corazón? Seguramente no. Seguramente usted es de las millonésimas personas que deja su trabajo, publicado al foro y apaga y vámonos. De lo contrario si a usted le gusta explorar y dentro de los múltiples lugares en el web vino a dar con mi prosa, se lo agradezco. Y acá es el punto por el cual quiero empezar mi relatoría hoy: si usted se queda esperando a que le lleguen las cosas, a que le escriba x o y, a ganarse un 5, y usted solamente está viendo el cielo, déjeme decirle que está en otro cuento. Hace 8 días le hice en mil palabras un breve recuento del budismo como visualizador de nuestra alma, y como estar en armonía con nosotros mismos. Pues bueno hoy vamos a engancharlo por ahí: según el islam, hay dos tipos de belleza: la externa que satisface nuestras emociones, instintos y e placer empírico. Y en contraposición se encuentra la